domingo, 19 de marzo de 2017

"Spirit", un digno regreso para Depeche Mode

Cuando en el año 1993 oí el disco de “Songs of Faith and Devotion”, me enganché para siempre a uno de los grupos más clásicos del synthpop de los ochenta como es Depeche Mode. Me encantó esa voz de barítono tan seductora y, al mismo tiempo, desgarradora de Dave Gahan, unida a unas texturas instrumentales y sonoras llenas de oscuridad propiciadas por la excelente producción de Flood, más lo añadido en los teclados por el añorado Alan Wilder, que se marchó de la banda dos años después. Ahora, los de Basildon publican su decimocuarto disco de estudio, “Spirit”, el sexto desde que adoptaron el formato de trío, en 1997. La repercusión en los medios y entre el público ha sido muy variopinta, desde las críticas más entusiastas hasta los comentarios que dan por muertos a los británicos. En mi caso, y una vez que he podido escuchar el disco ya muchas veces, me parece que se trata de un estupendo trabajo, sobre todo porque el grupo ha sabido progresar en su sonido electrónico gracias a una magistral producción de James Ford, hacedor de otros músicos de gran calado, tales como Artic Monkeys