América vista a través de tres grandes novelas
Inicio la andadura por este blog que acabo de crear con tres libros que he leído recientemente y que muestran una imagen demoledora de la América más profunda. Son novelas muy distintas entre sí, pero sumamente interesantes para comprender cómo ha evolucionado Estados Unidos en el siglo XX.
Comenzaré por la que más me ha impactado de las tres, Las uvas de la ira, de John Steinbeck. Se trata de una visión magistral de la América de la Gran Depresión vista a través de la épica de una familia de clase obrera que debe ir hacia California para encontrar un mejor futuro. Desde la primera hasta la última línea, esta novela me ha conmocionado por su cruda visión de aquellos años treinta. Al final, nada sobra en este libro que está salpicado por una hermosa visión poética que nos acerca a tan dura realidad. Steinbeck construye magistralmente un entramado de complejos personajes que se ven movidos por el hambre y la necesidad, y que claman por el derecho a conseguir un trabajo digno (el tema está más de actualidad que nunca, desgraciadamente). De entre todos estos personajes destaca la figura de Tom Joad, uno de los grandes iconos de la literatura del siglo XX, que tan bien interpretó en su versión cinematográfica Henry Fonda. La historia retrata, además, los conflictos entre el hombre y la mecanización del trabajo o el odio hacia las personas que necesitan emigrar de sus hogares para ganarse el pan. Al leer estas páginas, pues, es imposible no acordarse de esos miles de refugiados y emigrantes que tienen que salir de sus países de origen en busca de un futuro mejor. En definitiva, una de las mejores novelas del siglo XX.
La segunda obra que me ha llegado a lo más hondo es Matar a un ruiseñor, de Harper Lee. Pocas novelas retratan como esta el alma de la sociedad estadounidense, con todos los conflictos más patentes de la América profunda, especialmente el del racismo. El acierto de esta autora fue acercarse a un fresco muy amplio de personajes a través de la mirada inocente de Scout, la hija de Atticus Finch. Este abogado representa la integridad del ser humano, alguien que es capaz de enfrentarse a causas perdidas y que se mueve por impulsos muy nobles. En su adaptación cinematográfica, Gregory Peck realizó también una enorme interpretación, llegando a reconocer posteriormente que fue el papel de su vida. El libro, igualmente, muestra una variedad de registros que denotan la pericia narrativa de su autora. De esta forma, el lector comienza leyendo una novela más o menos costumbrista para pasar, a continuación, a ciertos pasajes de novela gótica, además de una trama judicial muy intensa. Asimismo, Matar a un ruiseñor está adornada por una visión poética deliciosa, siempre con un lenguaje sumamente contenido y emotivo. No hay nada superfluo. En definitiva, se trata de una novela que marcó a su autora para siempre, pues nunca volvió a escribir una obra tan magistral como esta.
La última novela que me gustaría reseñar es El libro de las ilusiones, de Paul Auster. En ella, el lector queda estremecido desde el inicio ante la tragedia que vive David Zimmer, un profesor universitario al que se le acaban de morir su esposa y sus dos hijos en un accidente aéreo. Eso llevará a este personaje a aislarse totalmente, viviendo una espiral de desesperación constante. Sin embargo, un día comenzará a investigar en la biografía de Hector Mann, un olvidado actor de cine mudo. A partir de ahí, la historia ahondará en la América de los años veinte, estableciéndose un juego continuo de espejos entre las películas y la vida real de Mann. Después de leer la Trilogía de Nueva York, La música del azar y El palacio de la la luna, considero que Auster sabe también retratar de forma soberbia el alma humana con una maestría narrativa impecable.
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